La fibra óptica es un hilo conductor del grosor de un cabello humano, construido con vidrio transparente y materiales plásticos, que se encarga de transmitir datos mediante impulsos fotoeléctricos. La información se transfiere mediante señales luminosas, desde un extremo del cable, al otro, y esa luz es generada por un láser o led. Se utiliza para transportar datos a muy grandes distancias, y con la mayor precisión y capacidad que los cables metálicos, debido a que la fibra óptica tiene un ancho de banda mucho mayor.

Si bien, los cables de fibra óptica contienen cientos de filamentos (cables ópticos) dentro de una cubierta plástica, estos transfieren señales de datos en forma de luz por cientos de kilómetros, y muchísimo más rápido que los cables eléctricos comunes.

Los cables ópticos al ser no metálicos, no son afectados por interferencias magnéticas, o condiciones meteorológicas, y no reducen la velocidad de transmisión. Otra de las ventajas es que, no conducen corriente eléctrica y no generan chispas, por lo que son más seguros.